“En cada acto medico debe estar presente el
respeto por el paciente y los conceptos éticos y morales; entonces la ciencia y
la conciencia estarán siempre del mismo lado, del lado de la humanidad” René Gerónimo Favaloro
Es en la declaración de Ginebra de 1948
donde se habla por primera vez del respeto como actitud ética fundamental en
Medicina.
El respeto por la vida humana es en la
tradición hipocrática algo de relevante valor ya que es en el respeto por la
vida de cada persona, por su integridad biológica y personal, su libertad de
expresión y sus legitimas exigencias donde nuestra labor toma su papel mas
importante, que es tratar a los demás de forma humana.
Hay que analizar tres elementos como son:
percepción, aceptación y respuesta en relación con la vida humana.
El medico debe ser capaz de percibir la vida
humana y su valor en todas las diferentes apariencias de la vida diaria, tanto
en el sano como en el doliente, en el anciano como en el niño, ya que todas
estas son vidas humanas, disfrutadas por seres humanos, sumamente valiosos. Lo
que a estos seres humanos les pueda faltar de tamaño, riqueza intelectual,
fuerza física o belleza no les resta valor como personas y esto intenta ser
compensado por el medico con su conocimiento y su arte, es por esto que
Hipócrates “donde hay amor al arte, hay amor al hombre”.
En cuanto a aceptación el medico no solo
considera a todos iguales, se compromete a entregarse por igual a todos los que
acuden a el, aceptando que todo hombre es valioso en si mismo,
independientemente de cualquier otra consideración.
El respeto por ultimo, permite responder al
valor máximo de cada vida humana, el medico hipocrático se entrega a la
curación, la preservación y la rehabilitación de sus pacientes, y cuando no
puede curar, por lo menos intenta brindar cuidado y alivio paliativo al
enfermo, también esta entre las funciones del medico la protección de los
valores personales del hombre debilitado o incapacitado por la enfermedad.
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